Cómo es una visita

Después de muchas vueltas, ha decidido consultar a un Médico Homeópata, y ello en base a que su patología, su enfermedad o su disturbio, que generalmente está muy bien arraigado, no ha encontrado alivio en otras formas de la práctica médica. Es posible que haya consultado a muchos galenos y terapeutas, lo que ha supuesto un enorme número de indagaciones diagnósticas, con el número elevado de pruebas medicas que eso conlleva. Hubo mejorías, pero siempre parciales y después, habitualmente, el problema había crecido. Y ahora ha oído que a “fulanita o fulanito” le ha ido muy bien con un Médico Homeópata. Y aquí estamos, de esta forma solemos llegar a la consulta del Médico Homeópata.

 

¿Qué podemos esperar de una visita homeopática?

Por encima de todo nos encontramos a un Médico, un Médico que además ha estudiado Homeopatía, y esto es lo importante. Esta afirmación es muy relevante, estamos ante un Médico formado en los principios de un Método Terapéutico complejo, que precisa de la aplicación sensata y muy trabajada del mismo.

Para empezar, notará que el tiempo dedicado a su caso es muy importante, la recogida de la Historia Clínica, implica conocer al paciente, tanto en sus modos de enfermar y en sus enfermedades, como en su forma de comprensión del mundo y sus actitudes ante los conflictos, igualmente, se presta especial atención a las características peculiares de las dolencias, ya que para el Médico Homeópata, esta especial disposición personal, es la que lo hace diferente del resto de individuos. La disponibilidad al coloquio, la acogida y el esmero en la elaboración de la Historia Clínica, hacen que el paciente pueda expresar como sólo él sabe, que es aquello que le aflige.

El Médico Homeópata, no necesita hacer simplemente un diagnóstico, sino que más allá de eso, precisa conocer las modalidades peculiares, el temperamento, los temores y en definitiva las sombras y las luces del paciente. Desde luego, el punto de partida es la enfermedad por la que consulta el paciente, pero el Médico Homeópata no se conformará con eso, es más, siempre tratará de ayudar a mitigar esos síntomas colaterales, esos pequeños disturbios que también son fuente de conflicto en el paciente. Para la Homeopatía la enfermedad tiene el nombre del paciente que nos visita, con todas y cada una de sus variantes, que además la hacen única, y por ello su nombre únicamente coincide con el paciente a quien tratamos. Esta visión unicista del individuo está completamente perdida en la sociedad actual, y fundamentalmente en la Medicina Clásica que se empeña en parcelar hasta las “ultraespecialidades”. Nuestra terapia para ese individuo único y peculiar – no hay otro igual en todo el planeta -, es única y peculiar e indicada a nuestro paciente. Este concepto se define como holismo y es muy simple: El individuo es una entidad única, y cualquier agresión a esta entidad en alguna de sus partes, responde con un criterio de centralidad no separable del resto. La Homeopatía es una medicina holística.

La enfermedad entendida por un Médico homeópata, es siempre enfermedad de la persona que consulta. Me explico con un ejemplo: La alergia será diagnosticada en cuanto a tal, se indagará en todas sus manifestaciones, evaluándose al detalle las características en el paciente, en su forma de reaccionar, en sus síntomas peculiares y en las características de la respuesta mental y general del propio paciente. Así pues, podemos encontrarnos con un paciente nervioso, que se altera con facilidad, que responde con habones en la piel y sin embargo apenas tiene afección en otros órganos. Otro paciente afectado por la misma causa sin embargo es tranquilo, tiene conjuntivitis y no deja de frotarse los ojos, además por la noche al acostarse tiene una respiración muy afectada, que se alivia al sentarse en la cama, pero no tiene alteración alguna en la piel. El tercer paciente del ejemplo tiene estornudos y picor exagerado en la orofaringe, sin más manifestaciones de hiperergia. Del estudio detallado de los tres casos del ejemplo, el alergólogo decide que la causa es un ácaro (el mismo en todos los casos), previo estudio de Ig E específicas y test epicutáneos. Para el Médico Homeópata, son tres pacientes y por tanto tres enfermedades bien diferenciadas, cada una tendrá su tratamiento que jamás será sintomático, será un tratamiento específico a cada paciente con su particular modo de enfermar, y se resolverá en cada caso con un sólo remedio (unicismo).

El concepto es muy simple, incluso puede resultar original, no se puede imaginar la enfermedad separada del enfermo.